El volcán Etna, ubicado en la isla de Sicilia, registró una nueva erupción este martes por la madrugada. La actividad volcánica generó una columna de ceniza que se elevó a varios kilómetros sobre el nivel del mar, afectando la visibilidad en zonas aledañas y obligando a activar medidas preventivas.
El Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV) confirmó que la erupción se originó en el cráter sudeste del volcán, uno de los puntos con mayor frecuencia eruptiva en los últimos años. Desde el inicio del fenómeno, el organismo ha mantenido un monitoreo constante para evaluar la evolución de la actividad sísmica y volcánica en la región.
Como medida de seguridad, el aeropuerto internacional de Catania-Fontanarossa suspendió temporalmente sus operaciones. Las autoridades informaron que los vuelos fueron cancelados o redirigidos a aeropuertos alternativos debido a la acumulación de ceniza en las pistas y el espacio aéreo.
La Protección Civil y los cuerpos de seguridad locales activaron un plan de emergencia que incluye controles de tránsito, asistencia a turistas y recomendaciones a la población para evitar desplazamientos innecesarios hacia las zonas cercanas al volcán. También se emitieron comunicados solicitando el uso de mascarillas en áreas urbanas afectadas por la caída de ceniza.
Hasta el momento no se reportaron daños materiales significativos ni personas afectadas. Los municipios cercanos permanecen en alerta y se mantiene coordinación entre las autoridades locales, regionales y nacionales.
El Etna, con más de 3.300 metros de altura, es uno de los volcanes más activos del mundo. Su actividad es objeto de estudio constante por parte de organismos científicos y representa un punto de referencia para el análisis de fenómenos volcánicos en el Mediterráneo.
Las autoridades pidieron a la población seguir las actualizaciones oficiales y respetar las indicaciones de seguridad mientras continúe la actividad volcánica.