Deysi Vargas, ciudadana mexicana, declaró en una rueda de prensa en Los Ángeles que su hija Sofía, de 4 años, padece síndrome de intestino corto, condición que impide la absorción adecuada de nutrientes. Tras no encontrar mejoría en México, la familia optó por buscar atención médica en Estados Unidos, donde en 2023 ambas recibieron un permiso humanitario.
Según Vargas, este permiso permitió que Sofía accediera a tratamiento especializado. La menor debe conectarse cada noche durante 14 horas a un sistema de alimentación y recibir nutrientes por sonda cuatro veces al día. Su médico advirtió en una carta que suspender este tratamiento podría ser letal en cuestión de días.
En abril, la familia fue notificada de la revocación de su permiso humanitario y de trabajo, medida vinculada a disposiciones aplicadas por la administración Trump. La situación plantea incertidumbre sobre la continuidad del tratamiento médico de Sofía y ha generado reacciones en organizaciones de derechos humanos y salud.