Los Green Bay Packers concretaron el traspaso del linebacker Micah Parsons procedente de los Dallas Cowboys, a cambio del liniero defensivo Kenny Clark y dos selecciones de primera ronda correspondientes a los años 2026 y 2027.
Parsons firmó un contrato de cuatro años con los Packers por un valor de 188 millones de dólares, lo que lo convierte en el jugador no-quarterback con el salario más alto en la historia de la NFL.
El movimiento forma parte de un plan de reestructuración que incluyó la salida del entrenador de línea defensiva Jason Rebrovich, decisión tomada previamente por el entrenador en jefe Matt LaFleur.
En sus primeras cuatro temporadas en la liga, Parsons acumuló 52.5 capturas, una cifra que lo ubica entre los jugadores más productivos en ese periodo. En su debut con Green Bay registró una captura y presionó en varias ocasiones al mariscal de campo rival, contribuyendo al desempeño del frente defensivo.
Tras su incorporación, las probabilidades de apuestas a favor de los Packers se modificaron, incrementando sus opciones de ganar el Super Bowl y colocándolos como favoritos para obtener la división NFC Norte.
La directiva del equipo considera que la llegada de Parsons representa un elemento central en su estrategia para competir en el corto plazo.
