La Ciudad de México genera hasta 300 toneladas diarias de residuos textiles, equivalentes al 2.94% de los desechos totales, según datos oficiales. La falta de una norma específica para desechar o reciclar ropa y textiles agrava el problema, ya que muchos artículos en buen estado se mezclan con otros residuos, complicando su reutilización. Autoridades prometieron una norma ambiental para abordar esta situación, pero el proyecto no ha avanzado.
Los textiles, que representan entre el 2 y 5% de los residuos urbanos, a menudo terminan en rellenos sanitarios debido a la ausencia de infraestructura para su reciclaje. Organizaciones ambientalistas han señalado que la falta de políticas claras impide aprovechar prendas que podrían ser donadas o reprocesadas. En tanto, ciudadanos exigen soluciones ante el creciente impacto ambiental, mientras el volumen de ropa desechada sigue aumentando en la capital.
La situación ha generado un debate sobre el consumo desmedido y la responsabilidad compartida entre gobierno, empresas y sociedad. Mientras no existan regulaciones efectivas, la Ciudad de México enfrenta el riesgo de agravar su crisis de residuos, con toneladas de ropa acumulándose sin un destino sostenible.
