El Baphomet, ilustrado por el francmasón Eliphas Levi, continúa siendo una imagen enigmática que ha fascinado y perturbado a lo largo del tiempo. Aunque se reconoce comúnmente como una representación simbólica de conceptos alquímicos y magnético-mágicos de Levi, el trasfondo histórico de esta imagen sigue siendo oscuro.
En una investigación exhaustiva sobre las fuentes utilizadas por Eliphas Levi para dar forma a esta narrativa, se revela un panorama más complejo. Levi, quien se inició en la masonería en la década de 1860, desarrolló su teoría mágica centrándose en contextos como el magnetismo espiritual, el espiritismo, la masonería y el catolicismo. Contrario a las interpretaciones prevalentes, se descubre que Baphomet no tiene relación con Satanás ni con el demonio, sino que representa el Chivo expiatorio del Yom Kippur, una festividad judía que luego se incorporó al cristianismo como el Cordero de Dios sacrificado para el perdón de los pecados.
La investigación también revela que el nombre de Baphomet es una referencia al ángel caído Azazel, asociado al ritual del Día de la Expiación en la Biblia. Azazel representaba la eliminación de los pecados del pueblo de Israel, un concepto que se encuentra en diversas tradiciones religiosas y mágicas como una forma de evitar el castigo divino. A pesar de su asociación con el satanismo en la cultura popular, se demuestra que Levi apenas puede ser calificado como satanista. Su intención al dibujar el Baphomet era simbolizar el equilibrio de los opuestos, una idea que ha sido pasada por alto en gran medida.
El análisis histórico muestra que Levi desarrolló su narrativa en un contexto político y religioso específico de las décadas de 1840 y 1850. Se autoidentificaba como representante de un catolicismo “verdadero” y buscaba establecer una forma progresiva de la religión que incorporara elementos de la ciencia y la razón. En resumen, el Ídolo Baphomet, lejos de ser simplemente una representación esotérica, encarna una narrativa compleja que fusiona elementos de religión, ciencia y política, según la visión única de Eliphas Levi en el siglo XIX.