Las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo dos ataques contra embarcaciones en el océano Pacífico, como parte de una operación marítima en curso que, según reportes oficiales, busca combatir el tráfico ilegal en la región. Los incidentes dejaron un saldo de seis personas muertas.
De acuerdo con fuentes citadas por medios internacionales, las embarcaciones atacadas presuntamente estaban relacionadas con actividades de narcotráfico. Los hechos ocurrieron en aguas internacionales, aunque no se especificó la ubicación exacta ni el tipo de naves utilizadas por Estados Unidos.
Con estos dos nuevos enfrentamientos, el número total de personas fallecidas en el marco de estas operaciones supera las setenta. Las autoridades estadounidenses han intensificado en los últimos meses su presencia militar tanto en el Caribe como en el Pacífico, en lo que describen como una ofensiva contra redes de tráfico marítimo.
Hasta el momento, no se ha informado la nacionalidad de las víctimas ni si hubo detenidos durante los ataques. Tampoco se han proporcionado detalles sobre las incautaciones realizadas o sobre el tipo de armamento utilizado.
Diversas organizaciones internacionales han manifestado preocupación por el marco legal bajo el cual se realizan estas operaciones, así como por los posibles riesgos hacia personas ajenas a los grupos criminales. Especialistas en derecho marítimo señalan que los ataques en aguas internacionales podrían generar tensiones diplomáticas si se demuestra que las embarcaciones no representaban una amenaza directa.
El gobierno de Estados Unidos, por su parte, ha defendido sus acciones argumentando que forman parte de su estrategia global contra el narcotráfico y que continuarán con los operativos para interrumpir las rutas marítimas utilizadas por estas organizaciones.
Las investigaciones sobre lo ocurrido continúan abiertas, mientras se espera un informe más detallado sobre las circunstancias de los ataques y las decisiones que llevaron a su ejecución.
