Belinda habló sobre el origen de su vínculo con la música y el proceso que la llevó a convertir emociones personales en canciones. Señaló que, cuando tenía entre 13 y 14 años, solía escribir en una libreta durante sus giras, en hoteles, en la playa o en su casa.
Indicó que en ese periodo le resultaba complicado expresar lo que sentía de manera verbal, especialmente cuando se trataba de temas personales o afectivos. Por esta razón, comenzó a escribir cartas, notas y letras de canciones como una forma de comunicación alternativa.
Mencionó que esta actividad se convirtió en una herramienta para canalizar emociones sin necesidad de hablarlas directamente. Con el tiempo, estos textos evolucionaron en composiciones musicales que, según dijo, otras personas han adoptado y hecho suyas.
Belinda describió la música como un espacio constante en su vida, una práctica que ha utilizado como medio de expresión emocional cuando no encuentra las palabras adecuadas para hablar.