El británico de origen indio Vishwashkumar Ramesh, el único superviviente del vuelo AI 171 que se estrelló el pasado 12 de junio en Ahmedabad, India, declaró que se considera “el hombre más afortunado del mundo”, aunque advirtió que afronta secuelas físicas y emocionales.
Ramesh relató que al abrir los ojos tras el impacto reconoció que había sobrevivido, y explicó que vio cuerpos alrededor suyo antes de lograr escapar del fuselaje. Su hermano, Ajay Ramesh, viajaba en la misma fila pero en otro asiento y falleció en el accidente.
Tras regresar a Leicester, Reino Unido, señaló que evita hablar incluso con su esposa e hijo pequeño, y describió su rutina como aislada. Afirmó: “Me quedo solo en mi habitación sin hablar; solo quiero estar sentado en casa”.
El accidente se registró cuando la aeronave tipo Boeing 787‑8 Dreamliner, con 242 personas a bordo, se estrelló inmediatamente después del despegue, impactando un edificio de estudiantes y causando la muerte de 241 pasajeros junto con 19 personas en tierra.
Las autoridades de investigación informaron que se detectó un corte del suministro de combustible en ambos motores segundos tras el despegue, operación aún bajo indagación.
El testimonio de Ramesh se convierte en una fuente directa para entender las secuelas humanas que siguen a un accidente aéreo de gran magnitud, mientras la investigación técnica permanece abierta.
				
													