Las autoridades electorales de Honduras proclamaron a Nasry Asfura como presidente electo tras las elecciones generales celebradas el 30 de noviembre de 2025, con 40.27 % de los votos frente al 39.5 % obtenido por Salvador Nasralla del Partido Liberal, según el Consejo Nacional Electoral (CNE). El escrutinio oficial se extendió por más de tres semanas debido a interrupciones técnicas y un recuento manual de una parte de las papeletas marcado por controversias. 
El proceso de conteo registró demoras, fallas en la transmisión de datos y la intervención de un “escrutinio especial” para revisar actas que presentaban inconsistencias, lo que prolongó la incertidumbre sobre el resultado final. Algunos actores políticos en Honduras y observadores internacionales expresaron inquietud por la lentitud del proceso y por la falta de transparencia en etapas del recuento. 
Salvador Nasralla y representantes de otros partidos rechazaron la declaratoria de victoria y anunciaron planes para impugnar los resultados ante instancias electorales y judiciales, argumentando irregularidades en el sistema de conteo y en la transmisión de resultados. La candidata del Partido Libertad y Refundación calificó la declaración de fraude y denunció injerencia extranjera en el proceso. 
A nivel internacional, gobiernos y organismos instaron a aceptar los resultados y a garantizar una transición pacífica, mientras que sectores de la oposición hondureña continúan cuestionando la legitimidad del proceso. Asfura asumirá el cargo el 27 de enero de 2026 para un periodo de cuatro años, en medio de un panorama político dividido por las acusaciones y la estrecha diferencia en los resultados.
