LA EVOLUCIÓN SUBTERRÁNEA EN MÉXICO. HISTORIA DEL METRO DE CDMX.

En el corazón bullicioso de la Ciudad de México, la red de transporte subterráneo, conocida como el Metro, ha tejido su propia historia de progreso y vitalidad desde su inauguración en 1969. Surgió como respuesta a la creciente necesidad de una movilidad eficiente en una metrópoli en constante expansión y crecimiento.

El proyecto comenzó a gestarse a finales de la década de 1960, cuando la saturación del tráfico vehicular y el aumento de la población demandaban una solución audaz. El arquitecto y urbanista mexicano, Agustín Landa Verdugo, se convirtió en la mente maestra detrás de este ambicioso plan.

El 4 de septiembre de 1969, el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz inauguró la Línea 1 del Metro, marcando el nacimiento oficial de este sistema de transporte subterráneo. El trayecto inicial conectaba las estaciones de Chapultepec y Zaragoza, aliviando de inmediato la congestión en las arterias viales de la capital.

A lo largo de las décadas, el Metro ha experimentado expansiones significativas, incorporando nuevas líneas y estaciones para abordar las cambiantes necesidades de la población. Actualmente, con más de 200 kilómetros de vías y 195 estaciones, el Metro de la Ciudad de México es uno de los sistemas de transporte público más grandes y utilizados del mundo.

No obstante, su trayectoria no ha estado exenta de desafíos. A lo largo de los años, ha enfrentado problemas de mantenimiento, congestión y cuestionamientos sobre su sostenibilidad. Sin embargo, la perseverancia en la mejora continua ha permitido que el Metro se consolide como un pilar fundamental en la movilidad urbana de la capital mexicana.

El Metro de la Ciudad de México es mucho más que un sistema de transporte; es un testamento a la capacidad de adaptación y crecimiento de una ciudad que se enfrenta constantemente a la complejidad de su propio desarrollo. Su historia, marcada por la visión de quienes lo concibieron y la participación activa de millones de usuarios diarios, refleja la evolución continua de una metrópoli que se sumerge en las entrañas del progreso.

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