EL CONSUMO DE CARNE PROCESADA ESTÁ VINCULADO CON UN MAYOR RIESGO DE CÁNCER

En un comunicado que ha sacudido a la comunidad internacional, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado una advertencia contundente: el consumo de carne procesada puede tener efectos graves para la salud, en particular en relación con el cáncer. Esta alerta pone de manifiesto los peligros ocultos en productos que forman parte habitual de la dieta de millones de personas en todo el mundo.

La carne procesada, un término que engloba productos como embutidos, salchichas, jamones, tocino y otras carnes que han sido modificadas para mejorar su sabor o prolongar su vida útil mediante procesos como el salado, curado, fermentación o ahumado, ha sido clasificada por la OMS como un carcinógeno del Grupo 1. Esta clasificación indica que existe suficiente evidencia científica para afirmar que el consumo regular de estas carnes puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer, especialmente cáncer colorrectal, uno de los tipos más comunes y mortales a nivel global.

Los estudios en los que se basa la OMS revelan que los compuestos químicos formados durante el procesamiento de estas carnes, como las nitrosaminas, son responsables del aumento del riesgo cancerígeno. Estos compuestos, que se generan a lo largo de los procesos industriales, han demostrado ser altamente carcinogénicos en estudios experimentales. Así, la ingesta constante de carne procesada no solo incrementa las posibilidades de desarrollar cáncer colorrectal, sino que también podría estar relacionada con otros tipos de cánceres y enfermedades crónicas.

Además de la carne procesada, la OMS ha emitido una advertencia también para las carnes rojas no procesadas, como la carne de res, cerdo y cordero. Aunque estas carnes se clasifican como carcinógenos del Grupo 2A, lo que indica que la evidencia de su relación con el cáncer es limitada pero sugerente, los riesgos se ven aumentados cuando se consumen en grandes cantidades o se cocinan a altas temperaturas, un proceso que puede producir compuestos químicos peligrosos.

La recomendación de la OMS es clara: reducir el consumo de carne procesada y moderar la ingesta de carne roja. Las alternativas saludables, como una dieta rica en frutas, verduras y proteínas de origen vegetal, podrían no solo disminuir los riesgos asociados al cáncer, sino también contribuir a un estilo de vida más saludable en general. Ante estas alarmantes conclusiones, el llamado es a tomar medidas inmediatas en nuestros hábitos alimenticios para proteger nuestra salud a largo plazo.

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