Cinco años han pasado desde que José José, “El Príncipe de la Canción”, dejó este mundo, pero su legado sigue más vivo que nunca. Con una carrera llena de éxitos musicales, su vida personal fue un constante desafío. La fama lo llevó a excesos, y el alcoholismo le arrebató lo más valioso: su familia, su voz y su estabilidad. El ídolo mexicano llegó a vivir en un taxi, completamente perdido. Su desaparición de los escenarios, aunque corta, fue devastadora tanto para él como para sus seguidores.
La vida de José José fue una montaña rusa, marcada por periodos de gloria y oscuridad. Después de perderlo todo, su adicción al alcohol lo sumergió en lo más profundo de la desesperación, al punto de vivir en las calles. Sin embargo, su resiliencia lo llevó a buscar ayuda, ingresando a un centro de rehabilitación. Aunque nunca recuperó completamente su icónica voz, su esfuerzo por redimirse le permitió reconectar con su familia y recobrar la paz en sus últimos años.
A pesar de las adversidades, José José dejó un legado imborrable en la música. Su voz marcó generaciones, y a cinco años de su muerte, es recordado no solo por sus baladas románticas, sino también por su valiente lucha contra la adicción. Hoy, sus seguidores celebran su vida y obra, entendiendo que detrás de las luces del escenario hubo un hombre que enfrentó sus demonios y, al final, encontró la redención.
