Tula de Allende, Hidalgo – En respuesta a la grave situación ambiental que aqueja a la región de Tula, el gobierno federal ha dado inicio a un ambicioso plan de restauración ecológica para mitigar los efectos de décadas de contaminación industrial. La región, afectada principalmente por las descargas de aguas residuales de la refinería y los gases tóxicos emanados de la termoeléctrica y las cementeras, enfrenta altos niveles de contaminación en el aire, agua y suelo.
El proyecto incluye la construcción de dos plantas de tratamiento de residuos orgánicos en un terreno de 700 hectáreas, con el objetivo de restaurar las zonas afectadas. Sin embargo, este proyecto ha generado preocupación entre los habitantes locales, quienes temen que el municipio se convierta en un receptor de mayor cantidad de desechos.
Agustina Reséndiz Osorio, residente de Tula, expresó su malestar por los constantes olores nauseabundos provenientes del río Tula, que atraviesa la ciudad y se ve afectado por las aguas residuales vertidas por la refinería. “A veces el agua negra que pasa por el río es insoportable, y por las mañanas y noches el olor proviene de la refinería”, señaló.
Angélica Arellano, presidenta de la Red de Conciencia Ambiental “Queremos Vivir”, destacó la importancia de la restauración ecológica, aunque también cuestionó la responsabilidad de las industrias en la contaminación y el impacto que este plan podría tener en la salud y calidad de vida de los habitantes de la zona.
Por su parte, el presidente municipal, Christian Martínez Reséndiz, manifestó que la restauración de las tierras afectadas será una prioridad para el municipio y destacó que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) se encuentra realizando estudios para evaluar el nivel de contaminación en la región.