VÍCTORIANO HUERTA: EL GENERAL QUE TRAICIONÓ LA REVOLUCIÓN MEXICANA

Victoriano Huerta fue una de las figuras más controvertidas de la historia de México, un general que, a través de la traición y el uso del poder militar, se erigió como presidente en uno de los periodos más convulsos del país. Nacido el 23 de marzo de 1845 en Colotlán, Jalisco, Huerta desempeñó un papel crucial durante la Revolución Mexicana, pero su ascenso al poder estuvo marcado por el uso de la violencia y la represión.

Huerta comenzó su carrera militar en el ejército mexicano a una edad temprana y rápidamente destacó por sus dotes como estratega y su disciplina. En 1876, se unió al ejército bajo las órdenes del presidente Porfirio Díaz y, con el tiempo, ganó notoriedad por su participación en diversas batallas. A medida que ascendía en las filas del ejército, Huerta se alineó con los intereses de Díaz, quien gobernaba México con mano dura durante el Porfiriato.

El 20 de febrero de 1913, en un giro dramático, Huerta se convirtió en protagonista de uno de los episodios más oscuros de la Revolución Mexicana, conocido como la “Decena Trágica”. Durante esta serie de eventos, un grupo de militares y fuerzas leales a Huerta se levantaron contra el gobierno del presidente Francisco I. Madero, quien había sido elegido democráticamente en 1911. Huerta, que estaba al mando de las fuerzas federales, participó activamente en el derrocamiento de Madero, quien fue arrestado y, poco después, asesinado bajo circunstancias misteriosas. Este acto de traición consolidó a Huerta como líder de facto del país.

Tras el derrocamiento de Madero, Huerta asumió la presidencia de México el 19 de febrero de 1913, en un golpe de Estado que fue rechazado tanto dentro como fuera del país. Su régimen fue breve pero muy violento. En su intento por consolidar el poder, Huerta se enfrentó a una fuerte oposición tanto interna como internacional. Los revolucionarios encabezados por figuras como Venustiano Carranza, Emiliano Zapata y Francisco Villa, comenzaron a luchar abiertamente contra su gobierno.

Durante su mandato, Huerta instauró una dictadura militar y utilizó tácticas represivas para sofocar las revueltas, lo que le valió el repudio de los sectores progresistas y liberales del país. El gobierno estadounidense, bajo la presidencia de Woodrow Wilson, también desaprobó el régimen de Huerta, y en 1914, las tropas estadounidenses intervinieron en Veracruz, lo que debilitó aún más su control del país.

El desmoronamiento de su gobierno llegó en 1914, cuando Huerta fue finalmente derrotado por las fuerzas constitucionalistas. Ante la presión de los rebeldes y el aislamiento internacional, Huerta renunció el 15 de julio de 1914 y se exilió a los Estados Unidos. A pesar de sus esfuerzos por regresar al poder, Huerta nunca recuperó la presidencia y murió en El Paso, Texas, el 13 de enero de 1916, en medio del desdén y la desconfianza que sus actos habían generado.

El legado de Victoriano Huerta es profundamente negativo en la historia de México. Su traición a Madero y su gobierno represivo marcaron una etapa de lucha y sufrimiento para el pueblo mexicano, además de mostrar la fragilidad de las instituciones democráticas de la época. Aunque algunos lo consideran un hombre de orden en tiempos de caos, su historia se recuerda principalmente por su implicación en el golpe de Estado y por ser una figura central en la tragedia de la Revolución Mexicana.

Victoriano Huerta fue, sin duda, una de las figuras más polémicas y repudiadas del México revolucionario, cuya ambición y actos de traición dejaron una marca imborrable en la historia del país.

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