El 14 de enero se celebró en varias partes de Latinoamérica el Día del Papalote, una festividad que invita a niños y adultos a disfrutar de la tradición de elevar cometas al viento. Este día, caracterizado por la fabricación y el vuelo de papalotes de diferentes formas y colores, busca promover la convivencia familiar, la creatividad y el aprecio por las costumbres mexicanas.
El papalote, conocido en otras regiones de América Latina como “cometa”, tiene una larga historia en la cultura mexicana, donde se utilizaba en rituales religiosos y como una forma de conectarse con los dioses. Hoy en día, se ha convertido en una actividad recreativa y un símbolo de unión familiar.
Durante la jornada, muchos parques y espacios públicos fueron escenarios de coloridas exhibiciones de papalotes. En la Ciudad de México, lugares como el Bosque de Chapultepec y el Parque de los Venados fueron puntos de encuentro para quienes acudieron a disfrutar del día. Además de elevar papalotes, algunas comunidades organizaron talleres para enseñar a los más pequeños a construir sus propias cometas, transmitiendo así el conocimiento de esta tradición.
El Día del Papalote también destaca la importancia de las actividades al aire libre y de cuidar el medio ambiente, ya que muchos de los papalotes se hacen con materiales reciclables y naturales, como el papel y la caña de azúcar.
Esta celebración, que se lleva a cabo desde hace varios años, ha ganado popularidad, especialmente en los últimos tiempos, cuando la gente ha buscado más momentos de esparcimiento fuera de casa. El viento, como elemento fundamental para el vuelo de los papalotes, se convirtió en el protagonista de la jornada, haciendo de este día una ocasión especial para compartir en familia y mantener vivas las tradiciones del país.