En México, 15.6 millones de jóvenes se encuentran ocupados, pero más de 7.6 millones laboran en condiciones precarias, lo que representa el 55% del total de jóvenes empleados. Este panorama refleja una crisis laboral en la que los más vulnerables son aquellos sin estudios superiores. Las entidades con mayor número de jóvenes sin educación universitaria en trabajos precarios son Estado de México, Jalisco y Puebla.
El sector comercio lidera como el principal generador de empleo para los jóvenes, con el 22% de la población ocupada en este rubro, seguido por la industria manufacturera (17%) y la agricultura, ganadería, silvicultura, caza y pesca (16%). Sin embargo, estos sectores también son los que presentan las menores remuneraciones y condiciones más vulnerables, ya que muchos de estos trabajos no son formales. De hecho, un 67% de los sectores laborales no garantizan un ingreso suficiente para las y los jóvenes.

Además, las jornadas laborales excesivas agravan aún más la situación. Cerca de 4 millones de jóvenes laboran más de 48 horas semanales, lo que representa el 25% de la población juvenil empleada, violando lo establecido por la Ley Federal del Trabajo. Esta problemática afecta principalmente a quienes no han completado sus estudios superiores, ya que el 75% de los jóvenes que trabajan en jornadas excesivas carecen de educación universitaria.
Las entidades donde se concentra el mayor número de jóvenes con jornadas laborales superiores a 48 horas incluyen Estado de México, Puebla, Guanajuato, Ciudad de México y Veracruz.
A esta difícil situación laboral se suman diversas barreras estructurales que perpetúan las desventajas laborales de los jóvenes en México. La pobreza afecta a más de un tercio de la población de entre 15 y 29 años, y una de las carencias sociales más prevalentes es el acceso a la seguridad social, con un 58% de los jóvenes sin cobertura. En segundo lugar, un 42% de la población juvenil carece de acceso a servicios de salud, mientras que el 22% enfrenta rezago educativo.

El Tercer Reporte de Jóvenes Oportunidad, que visibiliza y analiza las barreras que atraviesan los jóvenes, destaca la precariedad y vulnerabilidad que enfrentan en el ámbito laboral. La directora del reporte enfatizó que a los jóvenes se les ha negado la inclusión laboral en condiciones dignas, y señaló que es urgente proporcionar educación de calidad, así como jornadas laborales justas y prestaciones sociales que permitan su inclusión laboral efectiva. El reporte busca generar una sociedad equitativa y próspera, con un futuro mejor para todas y todos, y comprometerse con el análisis de las propuestas del gobierno federal para mejorar las condiciones laborales de los jóvenes.
En un panel conservatorio encabezado por Gustavo Hernández, se discutió cómo los jóvenes pueden superar las barreras que enfrentan. En este espacio, se señaló que el problema no reside en los jóvenes, sino en las barreras sistemáticas, sectoriales y estructurales que les impiden desarrollar su potencial. Se mencionaron las dificultades que enfrentan debido a la falta de empleos dignos, la alta demanda de trabajos mal remunerados y la discriminación laboral, como la no contratación de personas trans o las barreras por edad. Además, se destacó la necesidad de flexibilizar los procesos de contratación para ofrecer más oportunidades laborales inclusivas.
De acuerdo con Paulina Sánchez-Guadarrama, directora general de YouthBuild México, la situación laboral de la juventud debe ser una prioridad en la agenda pública del país. Hizo un llamado a promover políticas que aseguren empleos dignos, salarios justos y jornadas laborales reguladas, así como fortalecer la educación para que los jóvenes puedan acceder a mejores oportunidades laborales y reducir la brecha de desigualdad.
Desde YouthBuild México, se insta a las autoridades, el sector privado y la sociedad civil a trabajar juntos para transformar las condiciones laborales de los jóvenes y garantizar su derecho a una vida estable y en desarrollo.