Miguel Leal llegó a Estados Unidos como inmigrante, sin dinero y sin hablar inglés. Comenzó trabajando en fábricas, aprendiendo el idioma y el sistema desde cero. Con el tiempo, fundó su propia empresa, Mexican Cheese Producers Inc., dedicada a la producción de quesos, brindando empleo a otros inmigrantes y apoyo a diversas familias.
En un momento inesperado, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) lo acusó de distribuir productos en mal estado de manera intencional. La acusación conllevaba una posible condena de hasta 20 años de prisión. El proceso legal duró siete años, durante los cuales invirtió cientos de miles de dólares en defensa legal. Durante ese tiempo, no pudo salir del país.
Mientras enfrentaba este proceso judicial, su vida personal también se desmoronó. Su esposa lo dejó, sus hijos se distanciaron y terminó solo. Fue internado en un hospital psiquiátrico tras perder su empresa, su familia y su estabilidad emocional.
Actualmente, Leal afirma estar en una etapa de reconstrucción. Ha regresado a la industria con nuevas ideas y un modelo de producción de quesos más eficiente, con la intención de transformar el sector.
Según sus palabras, lo más importante es siempre empezar de nuevo.
