El presidente de Argentina, Javier Milei, ha anunciado la decisión de retirar al país de la Organización Mundial de la Salud (OMS), citando “profundas diferencias” con la gestión del organismo durante la pandemia de COVID-19. El portavoz presidencial, Manuel Adorni, indicó que el gobierno argentino instruyó al canciller Gerardo Werthein para formalizar la salida del país del organismo internacional. En un comunicado oficial, la Oficina del Presidente argumentó que la OMS promovió cuarentenas sin sustento científico, lo que resultó en “una de las mayores catástrofes económicas de la historia mundial”. Además, se señaló que el modelo de cuarentena podría catalogarse como un delito de lesa humanidad según el Estatuto de Roma de 1998.
El gobierno argentino también expresó su preocupación por la influencia política en las decisiones de la OMS y su inflexibilidad para cambiar su enfoque. Se destacó que la salida permitirá a Argentina mayor flexibilidad para implementar políticas sanitarias adaptadas a las necesidades del país y evitar la intervención de organismos internacionales en asuntos de soberanía. Esta decisión sigue la postura adoptada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien también anunció la retirada de su país de la OMS. El gobierno argentino ha señalado que la salida no afectará la financiación ni la calidad del sistema sanitario del país, ya que Argentina no recibe financiamiento de la OMS.
Expertos en salud pública han expresado su preocupación por las implicancias de esta decisión. Se advierte que la salida de la OMS podría limitar el acceso de Argentina a recursos científicos, tecnológicos y económicos necesarios para enfrentar emergencias sanitarias y enfermedades transmisibles.
La medida también ha generado reacciones en la comunidad internacional, con algunos países y organizaciones expresando su preocupación por el impacto en la cooperación global en salud pública.