En Tokio, Japón, ha tomado fuerza un fenómeno vinculado al cuidado de peluches. La clínica “Mori no Miyako Natsumi Clinic” se especializa en restaurar muñecos de felpa deteriorados, con una clientela compuesta mayoritariamente por adultos que conservan estos objetos desde hace más de una década.
La clínica recibe semanalmente cerca de 30 cajas con peluches enviados desde diferentes regiones del país. Los servicios varían desde limpiezas simples hasta reparaciones estructurales complejas. En sus instalaciones se encuentran más de 100 peluches en proceso de restauración, y existe una lista de espera de aproximadamente tres meses. Los costos pueden oscilar entre 10,000 y 100,000 yenes, dependiendo del tipo de tratamiento.
Algunos de los peluches tratados, como “Tanukichi”, un panda procedente de Niigata, o “Gonzales”, un oso conservado por 27 años, son trasladados por sus propietarios en persona. El equipo médico de la clínica evita manipulaciones que puedan comprometer la integridad de los objetos cuando se solicita atención directa.
Esta práctica forma parte de una tendencia denominada “nuikatsu”, que incluye diversas actividades centradas en peluches. En Japón existen agencias que organizan viajes turísticos para muñecos, así como cafés temáticos y estudios fotográficos que ofrecen experiencias diseñadas específicamente para estos objetos.
El fenómeno muestra un patrón de relación emocional sostenido entre personas y peluches, en el que se prioriza la conservación de recuerdos y la construcción de vínculos afectivos. Las iniciativas vinculadas al “nuikatsu” se han expandido como expresión cultural entre distintas generaciones.