El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue objeto este 18 de julio de una serie de medidas cautelares dictadas por el Tribunal Supremo Federal en el marco de un proceso judicial por intento de golpe de Estado. Entre las disposiciones se incluye la colocación obligatoria de una tobillera electrónica.
La Policía Federal ejecutó registros en su residencia de Brasilia y en la sede del Partido Liberal. Durante los operativos se incautaron aproximadamente 14 000 dólares y mil 400 reales, además de dispositivos electrónicos, entre ellos un teléfono móvil y un pendrive.
Las restricciones también contemplan un toque de queda que le impide salir de su domicilio entre las 19:00 y las 07:00, mientras que el exmandatario tiene prohibido utilizar redes sociales, comunicarse con diplomáticos extranjeros o establecer contacto con otras personas involucradas en el caso, incluyendo a su hijo Eduardo Bolsonaro.
El juez Alexandre de Moraes, del STF, justificó las medidas por el riesgo de fuga del exjefe de Estado, además de acusaciones relacionadas con obstrucción de la justicia, coacción y supuesto atentado a la soberanía nacional.
Bolsonaro calificó las medidas como “una suprema humillación” y negó responsabilidad en la trama, negando cualquier intención de abandonar Brasil o buscar refugio en embajadas. La defensa manifestó sorpresa e indignación por las restricciones.
El proceso judicial sigue su curso por cargos que podrían resultar en una condena de hasta 40 años de prisión. El juicio está previsto para avanzar en los próximos meses.
