TEPORINGO NO SE EXTINGUIÓ: CRECIMIENTO URBANO Y DESINFORMACIÓN AMENAZAN SU SUPERVIVENCIA

El teporingo (Romerolagus diazi), un pequeño mamífero silvestre que habita los bosques y matorrales volcánicos del centro de México, fue el centro de una ola de desinformación en redes sociales a mediados de agosto. Una imagen publicada en Facebook, con cientos de miles de reacciones, afirmaba falsamente que la especie había sido declarada extinta. Esta falsa información se propagó luego por TikTok e Instagram, aunque en 2018 la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) ya la había desmentido.

La comunidad científica y ambiental aclara que el teporingo continúa existiendo, aunque está clasificado como especie amenazada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y como en peligro de extinción por la Secretaría de Medio Ambiente (SEMARNAT). La estimación más reciente de la UICN, correspondiente a 2019, calcula que aún sobreviven alrededor de 7 000 ejemplares maduros, ubicados principalmente en las laderas de los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl.

Este mamífero endémico mide aproximadamente 30 centímetros y pesa alrededor de medio kilo. Vive exclusivamente en los pastizales de alta montaña del centro del país, dentro del Eje Neovolcánico. Su presencia es relevante para el equilibrio ecológico, ya que regula la vegetación y forma parte de la dieta de depredadores como aves rapaces, linces, coyotes y serpientes.

Además de la desinformación, la amenaza real para el teporingo proviene del crecimiento urbano desmedido. El avance de la mancha urbana, especialmente en el Valle de México y zonas como Chalco, Amecameca, Tlalnepantla, Cuernavaca, Tepoztlán y Cuautla, ha cercado su hábitat. Este cerco reduce los espacios vitales y fragmenta los ecosistemas donde vive la especie.

La combinación de noticias falsas, que pueden desviar atención de los esfuerzos reales de conservación, y la pérdida constante de hábitat por urbanización representan un riesgo significativo para la supervivencia del teporingo. La situación destaca la necesidad de acciones coordinadas para preservar tanto la especie como su entorno natural.

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