La Administración estadounidense ejecutó una serie de medidas de política interna y exterior que afectaron áreas como migración, seguridad nacional y financiamiento federal.
El Gobierno federal amplió el listado de países sujetos a restricciones de viaje hacia Estados Unidos. La lista de naciones afectadas por la prohibición aumentó a 39. Entre las incorporaciones se encontraron cinco países, incluyendo Siria y Sudán del Sur. La Casa Blanca también indicó que se vetaría el ingreso de viajeros con documentos emitidos por la Autoridad Palestina.
En el ámbito de seguridad, el Presidente firmó una orden para designar al fentanilo como arma de destrucción masiva. Esta acción forma parte de una campaña orientada a la lucha contra el narcotráfico.
Adicionalmente, el Pentágono informó sobre la destrucción de embarcaciones en el Pacífico oriental, incidentes que resultaron en la muerte de ocho personas, según reportes del Comando Sur.
Paralelamente, el Gobierno enfrentó una acción legal a nivel doméstico. Una coalición integrada por 16 estados, con el Distrito de Columbia incluido, presentó una demanda contra la Administración. La querella legal se centra en la suspensión de aproximadamente dos mil millones de dólares destinados a programas de infraestructura para la carga de vehículos eléctricos, fondos que habían sido aprobados previamente por el Congreso federal.
Finalmente, el mandatario estadounidense anunció que mañana dirigirá un discurso a la nación desde la Casa Blanca.
