El Centro Histórico de Ciudad de México, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, está atravesando un proceso de revitalización que ha implicado la restauración de edificios históricos, la mejora de la infraestructura urbana y la creación de espacios públicos para el disfrute de residentes y turistas. El proyecto tiene como objetivo preservar la rica historia de la zona mientras se adapta a las necesidades urbanas del siglo XXI.
Desde la rehabilitación de la Plaza Mayor hasta la creación de nuevos museos y centros culturales, las autoridades locales buscan revitalizar la zona sin perder su carácter tradicional. Además, el proyecto ha incluido un enfoque en la movilidad sostenible, promoviendo el uso de transporte público y la peatonalización de algunas áreas.