CEREALES AUTOFERTILIZABLES ¿EL FIN DE LOS FERTILIZANTES QUÍMICOS?

La ingeniería genética podría eliminar la necesidad de fertilización adicional en cultivos básicos para la alimentación humana.

Cada revolución tecnológica trae sus soluciones, pero también genera sus propios problemas. Antes de los aviones no había accidentes de avión. Aunque también hacían falta meses de navegación para cruzar el Atlántico. De igual manera, el desarrollo de los fertilizantes químicos, principalmente nitrógeno, salvó a millones de personas del hambre en la llamada “revolución verde”. Sin embargo, su reverso oscuro fueron efectos como la eutrofización, un proceso en el que la proliferación de microalgas propiciada por el exceso de nutrientes acaba con el oxígeno de grandes masas de agua. Y con toda la vida que hay en ellas. Además, el proceso de fabricación de los fertilizantes es muy intensivo en energía y es uno de los responsables de la emisión de gases de efecto invernadero. Ahora un grupo de investigadores del Departamento de Ingeniería Biológica del MIT está explorando alternativas para atajar el problema. Su solución pasa por añadir genes de bacterias a los cultivos y desarrollar propiedades autofertilizables.
En la naturaleza existen relaciones simbióticas entre bacterias y legumbres. Las primeras fijan el nitrógeno del aire por medio de los llamado genes nif. Teóricamente, si se pudiera trasladar la expresión genética de estas bacterias a cultivos como los cereales, se podrían obtener especies autofertilizables. Ese es el proyecto tecnológico en el que están implicados los científicos del MIT. Pero los retos son formidables, ya que se trata de grupos de genes numerosos e interconectados que no se pueden trasladar como un módulo prefabricado. Pensemos, más bien, en un trasplante de ADN. Además, las bacterias responsables de la fijación del nitrógeno son células procariotas cuya expresión genética es distinta de las células de las plantas, que son eucariotas.

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