El gobierno de China emitió este lunes una declaración oficial en la que acusa a Estados Unidos de violar el derecho internacional tras la incautación de buques petroleros vinculados a Venezuela en medio de la intensificación de la presión estadounidense contra el gobierno de Nicolás Maduro. La reacción se produce en un contexto de tensiones crecientes entre Washington y Caracas por acciones en el sector energético.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Lin Jian, afirmó que la práctica de confiscar buques de otros países sin base legal representa una violación “grave” de las normas del derecho internacional y de los principios de la Carta de las Naciones Unidas. China indicó que se opone a sanciones unilaterales que carezcan de respaldo jurídico o autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, y que también rechaza cualquier acción que atente contra la soberanía de otros Estados.
La postura de Pekín incluye el respaldo a la idea de que Venezuela tiene derecho a desarrollar cooperaciones económicas con otros países de forma independiente y que la comunidad internacional podría comprender y apoyar la defensa de sus derechos e intereses legítimos ante acciones externas. El rechazo chino se enmarca en la escalada de intercambios entre Estados Unidos y Venezuela y sigue a varias interceptaciones de barcos con crudo venezolano en el Caribe bajo órdenes de la Casa Blanca.
Analistas señalan que este pronunciamiento de China refleja no solo una defensa diplomática de Venezuela, sino también una crítica más amplia a las políticas unilaterales de Estados Unidos en temas energéticos y geopolíticos. El acercamiento entre Pekín y Caracas se ha mantenido en los últimos años, con China como uno de los principales compradores del crudo venezolano y socio en diversos proyectos energéticos, aunque sin ofrecer todavía garantías específicas de apoyo militar o económico directo en esta crisis concreta.
