El gobierno de China acusó a Estados Unidos de imponer nuevas restricciones que, según su declaración oficial, alteran las condiciones del acuerdo comercial firmado durante la administración del expresidente Donald Trump. La respuesta del gobierno chino se dio después de que Trump hiciera declaraciones públicas en las que responsabilizó a China por desequilibrios en el comercio bilateral.
Las autoridades chinas afirmaron que las nuevas medidas estadounidenses, que incluyen restricciones a productos tecnológicos y revisiones regulatorias adicionales, contradicen compromisos establecidos en el acuerdo de fase uno firmado en 2020. Dicho acuerdo contemplaba aumentos en las compras chinas de productos estadounidenses y el establecimiento de condiciones más estables para el intercambio comercial.
El Ministerio de Comercio de China señaló que estas acciones afectan la confianza entre ambas partes y crean incertidumbre en sectores industriales y agrícolas. También indicó que se reserva el derecho de tomar medidas en respuesta a lo que considera una violación de los términos negociados.
En Washington, funcionarios estadounidenses no han emitido una respuesta oficial, pero han señalado en declaraciones previas que cualquier política comercial se toma con base en evaluaciones estratégicas internas y bajo el marco legal vigente. Las tensiones entre ambas economías se mantienen en temas como propiedad intelectual, acceso a mercados y subsidios estatales.
Analistas del comercio internacional advierten que la reactivación de disputas entre China y Estados Unidos puede tener implicaciones para mercados globales, particularmente en un contexto de reajuste de cadenas de suministro y renegociaciones de tratados multilaterales.
El desarrollo de este conflicto será observado de cerca por organismos internacionales y socios comerciales que mantienen relaciones con ambas potencias económicas.