El sistema educativo de China incorporará, a partir de septiembre de 2025, clases obligatorias de inteligencia artificial para estudiantes desde los seis años. La medida busca preparar a una nueva generación con habilidades tecnológicas avanzadas, integrando al menos ocho horas anuales de contenido relacionado con algoritmos, robótica y aprendizaje automático en los programas de matemáticas, tecnología y ciencias. Esta estrategia posiciona a China como uno de los primeros países en adoptar un modelo educativo centrado en competencias digitales desde la infancia.
El nuevo programa educativo enfrenta también retos estructurales como la desigualdad entre zonas urbanas y rurales, la capacitación del personal docente y la creación de un marco legal que regule el uso de datos de menores. A pesar de estos desafíos, el gobierno chino apuesta por consolidar su liderazgo tecnológico global al considerar la inteligencia artificial como una habilidad básica comparable con la lectura o la escritura.
