CLAUDIA ANGÉLICA DOMÍNGUEZ VÁZQUEZ, DE MAMÁ A FUNCIONARIA.

De la redacción

Mujer izcallense desde hace 38 años, la Diputada Federal por Cuautitlán Izcalli, Tlalnepantla y Atizapán, Claudia Angélica Domínguez Vázquez dedica la mayor parte de su tiempo a la actividad política. Sin embargo, no todo ha sido la vida dentro de un partido político para Claudia, te invitamos a conocer más sobre esta destacada y talentosa mujer.

En entrevista para Énfasis Comunicaciones, la legisladora Federal nos compartió un poco de su vida personal y laboral, pues a pesar de estar dedicada 100 por ciento a sus actividades políticas, siempre encuentra tiempo para compartir con sus hijos, dos adolescentes de 15 y 17 años de edad. Ir al cine, comer en familia, preparar la comida, atenderlos en esta etapa de adolescencia, ha sido su mejor labor realizada.

Claudia Domínguez tiene 43 años, es licenciada en derecho, cuenta con una maestría, así como diferentes diplomados y seminarios en Administración Pública Municipal y Relaciones Exteriores.

“He aprendido muchísimo en mis días de trabajo, jornadas de 18 horas con grandes y muy sabios compañeros como Alberto Anaya, Porfirio Muñoz Ledo y Gerardo Fernández Noroña”

La responsabilidad que desempeña no ha sido fácil, ya que incluye trabajos dentro de la comisión de Relaciones Exteriores y Asuntos Migratorios por lo que la mayor parte de su vida la desempeña en reuniones, viajando y reforzando lazos para determinar qué se puede replicar en México de los países a los que asiste para participar en cumbres, además de la intensa gestión ciudadana para gestionar mejores servicios y leyes en su beneficio.

“El tiempo con la familia es fundamental, las noches de box, la carne asada, platicar con mis papás hasta el amanecer, eso lo compensa todo “

El tiempo en familia lo aprovecha y dedica al máximo, una buena película en compañía de sus hijos, ver a su abuelita “Ramoncita” platicar y recordar con ella anécdotas de su niñez es algo que agradece a DIOS y a la vida.

Desempeñarse como una mujer profesional e íntegra, ocupada por los mexicanos, es algo que aprendió de su papá, el doctor Domínguez, hombre respetado por su labor social, los valores que rigen su vida los agradece a Luzma, su mamá, una exitosa administradora de una empresa transnacional.

Así es la vida de Claudia, una mujer emprendedora, que tras su divorcio supo dividir su tiempo como mamá, hija y servidora pública para destacar en la máxima tribuna de los mexicanos, el Congreso de la Unión.

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