El reloj de cuenta regresiva instalado en la Ciudad de México para conmemorar la proximidad del Mundial 2026 fue clausurado parcialmente tras registrar actos de vandalismo. La estructura, ubicada sobre Paseo de la Reforma frente al Auditorio Nacional, fue cercada con vallas metálicas tras presentar daños visibles ocasionados por el contacto directo con el público.
Desde su inauguración, el monumento fue concebido como un símbolo de bienvenida a la justa mundialista que tendrá como sedes a México, Canadá y Estados Unidos. El evento de lanzamiento incluyó actividades culturales y la participación de exjugadores internacionales. Sin embargo, pocos días después, la pieza fue intervenida con grafitis, pegatinas y residuos, alterando su imagen original.
El Gobierno de la Ciudad de México no ha emitido un comunicado oficial respecto a la duración del cerco de seguridad. A pesar de su clausura visual, el reloj sigue cumpliendo su función mecánica y continúa el conteo regresivo hacia la fecha del primer partido del torneo. La clausura del espacio físico, sin embargo, ha impedido que los ciudadanos se acerquen para tomarse fotografías o interactuar con el monumento.
El incidente generó debate entre sectores que consideran que los espacios públicos deben estar más resguardados, y otros que sostienen que la falta de cultura cívica impide el adecuado uso de instalaciones temporales. Lo cierto es que, a menos de un año del evento, el reloj se convirtió en una referencia visible del entusiasmo mundialista, pero también en un reflejo de los retos que implica mantener la infraestructura urbana en condiciones adecuadas.