CONSUMIDORES ADOPTAN PRÁCTICAS DE RECICLAJE PARA REDUCIR IMPACTO TEXTIL

La industria global de la moda produce aproximadamente 92 millones de toneladas de residuos textiles anualmente, de acuerdo con datos de organismos internacionales especializados en medio ambiente. Esta cifra coloca al sector como uno de los más contaminantes a nivel mundial, superando a industrias como la aviación o la construcción en términos de impacto ambiental por volumen de desperdicio.

El modelo de negocio conocido como moda rápida ha acelerado la producción y el consumo de ropa, con ciclos de renovación cada vez más cortos. Esto ha llevado a que millones de prendas sean desechadas en cuestión de semanas. Los vertederos reciben toneladas de textiles diariamente, mientras que una porción mínima logra ser reciclada o reutilizada.

Expertos en sostenibilidad aseguran que una de las formas más efectivas de contrarrestar esta situación es mediante la participación activa del consumidor en prácticas de reciclaje textil. Esto incluye desde la reutilización de prendas hasta su transformación para nuevos usos industriales. También se ha documentado el crecimiento de marcas que implementan procesos de economía circular para recuperar materiales y reducir la carga ambiental de su cadena de suministro.

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