Durante los primeros meses de 2025, las autoridades fronterizas de Estados Unidos informaron un aumento en la cantidad de personas que intentan cruzar la frontera sur. Según datos oficiales, se registraron más de 200,000 encuentros en enero y febrero, una cifra superior al promedio de los últimos dos años.
Entre las principales nacionalidades de los migrantes se encuentran personas originarias de Venezuela, Honduras, Guatemala y Haití. La mayoría de ellos indica razones económicas, inseguridad y desastres naturales como causas para abandonar sus países de origen. Las rutas migratorias incluyen pasos irregulares y el cruce del Tapón del Darién, una zona selvática entre Colombia y Panamá.
El gobierno de Estados Unidos ha intensificado los controles en colaboración con México y otros países de la región. Además, se mantienen programas de solicitud de asilo y mecanismos de parole humanitario para ciertos grupos vulnerables. Sin embargo, organizaciones humanitarias reportan condiciones precarias en centros de detención y albergues en la frontera.
Expertos en migración señalan la necesidad de acuerdos multilaterales que aborden las causas estructurales de la migración, así como políticas de protección más eficientes para personas en situación de riesgo.
