Se difundió en un medio nacional el perfil sobre Armando Colina, curador y gestor cultural con más de cinco décadas de trayectoria en el ámbito del arte mexicano. El artículo revisa los inicios de Colina en espacios alternativos dedicados a la difusión cultural, particularmente librerías y galerías que comenzaron a funcionar como puntos de encuentro para artistas y coleccionistas. Su labor se orientó desde el principio a la recuperación de obras, la creación de catálogos y la preservación de acervos que no contaban con respaldo institucional.
La publicación destaca que Colina enfrentó diversos retos relacionados con la conservación del patrimonio artístico. Entre estos se encuentran la restauración urgente de frescos dañados, el rescate de retratos y documentos dispersos, así como la organización de archivos incompletos pertenecientes a artistas contemporáneos y modernos. La reseña señala que estas intervenciones fueron realizadas en momentos en que no existían estrategias oficiales de preservación, lo que evidenciaba la vulnerabilidad del patrimonio cultural ante la falta de políticas integrales.
El artículo sugiere que la trayectoria de Colina ha sido fundamental para la historia del arte en México, ya que su trabajo ha permitido la continuidad de obras, documentos y legados que de otro modo podrían haberse perdido. La publicación menciona que su contribución también radica en haber impulsado la circulación del arte mexicano a través de exposiciones, investigación y acompañamiento a artistas emergentes. El perfil concluye que figuras como Colina representan un enlace entre generaciones, preservando la memoria cultural y reforzando la importancia del cuidado del patrimonio a largo plazo.
