El gobierno de México ha presentado su plan para enfrentar la deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex), una de las más altas de América Latina. La empresa, crucial para la economía del país, acumula pasivos por más de 100 mil millones de dólares, lo que ha generado preocupación sobre su sostenibilidad a largo plazo.
Durante una conferencia de prensa, el gobierno detalló su estrategia para asegurar la estabilidad financiera de Pemex, la cual incluye inyecciones de capital, reestructuración de deuda y la implementación de proyectos clave para incrementar la producción de petróleo. La intención es garantizar que la paraestatal no solo salde sus compromisos, sino que también pueda desempeñar su papel en la seguridad energética de México.
El Ejecutivo afirmó que este rescate es necesario para evitar el colapso de una de las empresas más estratégicas del país y para asegurar que Pemex continúe siendo un pilar en la economía nacional. Sin embargo, también advirtió que las soluciones no serán inmediatas, sino que se desplegarán a lo largo de los próximos años, en el marco de una transformación profunda de la empresa.
Los críticos de la estrategia, sin embargo, cuestionan si la deuda de Pemex es sostenible y si los recursos del gobierno no deberían destinarse a otros sectores. El debate sobre la viabilidad a largo plazo de la compañía estatal es más relevante que nunca, ante un escenario económico complejo.
