LA FORTALEZA DEL PASADO SE IMPONE SOBRE LA TECNOLOGÍA DEL FUTURO

Un accidente automovilístico en una vía urbana dejó en evidencia la resistencia de un Chrysler New Yorker de 1973 frente a un vehículo moderno. El choque, ocurrido el pasado fin de semana, mostró cómo el clásico de los años 70 salió prácticamente ileso, con apenas algunos rasguños en su carrocería de acero, mientras el auto contemporáneo sufrió daños severos en su parte frontal, que colapsó por completo.

El Chrysler, conocido por su robusta construcción, demostró la durabilidad de la ingeniería automotriz de su época. Por su parte, el vehículo moderno, diseñado con materiales livianos para absorber impactos, no resistió la colisión. Según el propietario del New Yorker, el automóvil no requirió reparaciones significativas tras el incidente.

Este suceso ha generado debate sobre la evolución de los diseños automotrices y la resistencia de los vehículos clásicos frente a los modelos actuales.

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