El agua potable es un recurso vital, pero en varias partes del mundo, la escasez de agua está afectando tanto a comunidades rurales como urbanas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 2 mil millones de personas en todo el mundo carecen de acceso a agua potable de calidad, lo que pone en riesgo su salud y su bienestar.
Regiones de África, Asia y América Latina enfrentan graves desafíos relacionados con la disponibilidad de agua. En algunos lugares, la sequía prolongada, el cambio climático y el crecimiento poblacional están exacerbando la crisis hídrica. En el caso de los países áridos como Jordania, la escasez de agua es aún más crítica, y se han implementado programas innovadores de conservación y reciclaje de agua para mitigar los efectos.
Por otro lado, algunas regiones están adoptando tecnologías de desalación, que convierten el agua salada en agua potable. Sin embargo, este proceso sigue siendo costoso y no está disponible en todas partes. Es esencial que se busquen soluciones sostenibles a largo plazo, como la reforestación de cuencas hidrográficas, el tratamiento y reutilización de aguas residuales y la educación sobre el uso eficiente del agua.