Durante una gira por Estados Unidos en 1975, KISS fue incluida como banda de apertura en varios conciertos encabezados por Black Sabbath. Lo que parecía una aparición secundaria se convirtió en un punto de quiebre en la forma de concebir los espectáculos de rock en vivo.
En declaraciones retomadas por Rock Cellar, el bajista Geezer Butler recordó que KISS incorporó elementos escénicos nunca antes vistos: fuego, efectos especiales y pirotecnia. Según su testimonio, fue la primera vez que una banda utilizó ese tipo de producción durante un show. “Hasta ese momento, todo era conectar los instrumentos y tocar. KISS cambió eso por completo”, expresó.
Butler relató que decidió mirar parte del espectáculo desde un costado, impactado por la magnitud de la producción. Las llamas, luces y plataformas dejaron una impresión que marcó a los asistentes, incluyendo a los propios miembros de Black Sabbath.
El guitarrista Tony Iommi comentó que, tras esa experiencia, tomaron la decisión de no volver a compartir escenario en ese formato con KISS. Años después, aunque coincidieron nuevamente, no se repitió la situación con Black Sabbath como acto estelar.
Previo a su actuación aquella noche, Gene Simmons dirigió unas palabras a Butler: “Vamos a j0d3rl0s esta noche”. La presentación incluyó todos los elementos que luego se volverían sello de KISS: escenografía elaborada, sangre falsa, botas de plataforma y un enfoque visual que terminó por robarse la atención.
Con ese concierto, se abrió una etapa en la que el espectáculo visual comenzó a tener un peso tan importante como la música. KISS no solo acompañó a Black Sabbath. Redefinió el papel de una banda sobre el escenario.