EL INQUIETANTE ORIGEN DE LA OUIJA.

Cuenta la leyenda que, en los sombríos rincones del siglo XIX, surgió una herramienta de comunicación con el más allá que ha dejado una estela de misterio y temor: la Ouija. Su origen, originado de la espiritualidad victoriana y la fascinación por el ocultismo, se convierte en un relato que estremece incluso a los más valientes.

Corría el año 1890 cuando Elijah Bond, un abogado con un oscuro interés por lo paranormal, junto a su colega Charles Kennard, introdujo la tabla de la Ouija al mundo. Inspirados por la creciente obsesión con la comunicación con los espíritus, crearon un artefacto que se convertiría en un pasaje directo hacia lo desconocido.

Las noches en las que la Ouija se desplegaba sobre mesas iluminadas solo por velas, susurraban secretos provenientes de otro reino. Pero detrás de la aparente inocencia de esta tabla, se ocultaba un vínculo más oscuro. Leyendas cuentan que los protagonistas de la creación de la Ouija fueron seducidos por fuerzas incontrolables, alimentando las especulaciones sobre pactos sombríos y encuentros con entidades insondables.

Desde entonces, la Ouija se ha convertido en un pasadizo temido hacia el mundo espiritual, provocando debates sobre la sabiduría de abrir portales a dimensiones desconocidas. Aunque algunos la consideran como una simple herramienta de juego, su origen enigmático y los relatos de experiencias perturbadoras persisten, alimentando la creencia de que, a veces, es mejor no buscar respuestas más allá de lo que los vivos pueden comprender.

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