La vitamina D ha sido objeto de múltiples estudios sobre su impacto en enfermedades como la osteoporosis. En un artículo de la revista Universitaria, los especialistas Paul Limas, Sergio Carrillo y Rogelio Jiménez analizan su función en la prevención de trastornos óseos, enfocándose en grupos con mayor riesgo, como mujeres y personas mayores.
Los investigadores explican que la vitamina D es necesaria para la absorción de calcio y fósforo, elementos esenciales para la salud ósea. Esta vitamina se obtiene de diversas fuentes, como la exposición al sol, que permite su absorción a través de la piel, y de alimentos de origen vegetal y animal. En el cuerpo, la vitamina D se procesa y se absorbe principalmente en el intestino delgado, en áreas como el yeyuno y el duodeno.
A través de un proceso biológico, la vitamina D se hidroxila en dos etapas, primero en el hígado y luego en los riñones, antes de ser inactivada y eliminada por la bilis. También participa en la formación de proteínas que facilitan el transporte de las células intestinales, y se ha encontrado que favorece la densidad mineral ósea.
Los especialistas concluyen que la suplementación de vitamina D tiene efectos beneficiosos en pacientes con osteoporosis, especialmente en mujeres y personas mayores, al reducir el riesgo de trastornos óseos y mejorar la salud ósea en general.