El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos puso en vigor una norma final que requiere la recolección de datos biométricos de ciudadanos no estadounidenses al ingresar o salir del país. La medida, efectiva desde el 26 de diciembre de 2025, aplica en aeropuertos, puertos marítimos y fronteras terrestres, así como en otros puntos autorizados de partida.
La norma autoriza a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza a capturar fotografías faciales de los extranjeros para verificar su identidad mediante un sistema de comparación biométrica. En casos donde la comparación facial no funcione, se pueden recolectar huellas dactilares. Otras modalidades biométricas, como escáneres de iris o voz, se reservan para situaciones específicas, aunque no se aplican de manera rutinaria.
Los afectados incluyen a todos los no ciudadanos, independientemente de edad, nacionalidad o estatus migratorio, con excepciones limitadas para ciertos titulares de visas diplomáticas y categorías específicas, como algunos ciudadanos canadienses que no requieren visa ni formulario I-94. Los residentes permanentes legales se procesan como extranjeros. Los ciudadanos estadounidenses no están obligados a participar y pueden optar por un proceso manual de verificación.
El objetivo de la norma es mejorar la seguridad nacional mediante la identificación de individuos con documentos fraudulentos, la detección de sobreestancias en visas y la prevención de reingresos ilegales. La implementación se basa en leyes federales y recomendaciones de comisiones de seguridad, con expansión gradual desde programas piloto iniciados en 2016.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza ha publicado evaluaciones de impacto en la privacidad, que indican que las imágenes de no ciudadanos se retienen hasta 75 años en sistemas seguros, mientras que las de ciudadanos estadounidenses se eliminan en un plazo de 12 horas. La norma recibió comentarios públicos antes de su publicación en el Registro Federal en octubre de 2025.
