Un equipo de investigadores de la Universidad de Oxford publicó un estudio que desafía conceptos fundamentales de la física cuántica al demostrar que, en los relojes cuánticos, la energía necesaria para medir el tiempo supera la que requiere el propio funcionamiento del reloj.
La investigación, realizada en colaboración con especialistas en termodinámica cuántica, revela que la lectura del tiempo —es decir, el acto de extraer información de un sistema cuántico— implica un gasto energético significativamente mayor que el mecanismo que mantiene en marcha al reloj. Esto contradice modelos tradicionales que asumían que el principal consumo estaba en sostener la oscilación o coherencia cuántica del dispositivo.
Según los autores, esta discrepancia energética se debe a que la medición en sistemas cuánticos requiere interacciones disruptivas con el estado del reloj, lo que obliga a invertir recursos para restablecer el sistema y permitir nuevas mediciones. En términos prácticos, esto implica que cualquier tecnología futura que dependa de estos relojes —como redes de comunicación cuántica o sensores ultraprecisos— deberá considerar el costo energético de la medición como el factor dominante.
El hallazgo abre nuevas líneas de investigación en temas como la eficiencia energética de dispositivos cuánticos, los límites físicos de la información y la posibilidad de diseñar métodos de medición menos intrusivos. La comunidad científica ha descrito los resultados como “sorprendentes” y “reveladores”, pues podrían modificar la forma en que se modela el tiempo y el consumo energético en la computación cuántica.
El estudio fue difundido a través de publicaciones especializadas en tecnología cuántica y ya está generando debate en laboratorios de Europa y Norteamérica.
