ESTUDIO REVELA QUE ÚNICAMENTE UNA PEQUEÑA PROPORCIÓN DE LAS MÁS DE 14 MIL UNIDADES DE SALUD EN MÉXICO PROPORCIONA SERVICIOS DIRIGIDOS AL TRATAMIENTO DEL CÁNCER.

Un estudio publicado en la revista BMC Health Services Research, titulado “Evaluación de las disparidades en la distribución de recursos contra el cáncer en México”, indica que solo el 5% de las 14,133 instalaciones de salud evaluadas en el país están preparadas para ofrecer atención específica al cáncer. Esto refleja una concentración de recursos en zonas como Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, dejando a gran parte de la población sin acceso a diagnósticos completos ni tratamientos integrales.

El análisis, liderado por la doctora Elysse Bautista González y otros especialistas, señala que la infraestructura crítica, como equipos de radioterapia, braquiterapia y quirófanos especializados, está centralizada en regiones urbanas, dejando a millones de personas en zonas rurales y marginadas sin opciones viables para tratar esta enfermedad.

El cáncer se ha convertido en la tercera causa de muerte en México. Una de cada ocho personas fallece debido a esta enfermedad, y casi la mitad de estas muertes ocurre en personas en edad productiva, entre los 15 y los 64 años. Esta situación pone en evidencia las fallas estructurales del sistema de salud mexicano, que no ha logrado priorizar el cáncer como un problema de salud pública.

La mayoría de las instalaciones de salud en México carecen de la capacidad para realizar diagnósticos completos, lo que dificulta la detección temprana del cáncer, un factor clave para mejorar las tasas de supervivencia. Además, la falta de acceso a tratamientos integrales, como quimioterapia, radioterapia y cirugía especializada, agrava la situación para los pacientes que no cuentan con seguridad social.

La concentración de recursos en grandes ciudades crea una brecha significativa entre quienes viven en estas áreas urbanas y aquellos que residen en comunidades rurales o alejadas. Esta desigualdad geográfica obliga a muchos pacientes a recorrer largas distancias para recibir atención, lo que implica costos adicionales y, en muchos casos, la imposibilidad de continuar con los tratamientos.

El informe también destaca que, a pesar de la magnitud del problema, las políticas públicas no han asignado los recursos necesarios para garantizar una atención adecuada y equitativa a los pacientes oncológicos. La falta de inversión en infraestructura y recursos humanos especializados perpetúa un ciclo de desigualdad que afecta a los sectores más vulnerables de la población.

En resumen, el estudio expone las deficiencias del sistema de salud mexicano en la atención al cáncer y representa un llamado urgente a las autoridades para que prioricen esta enfermedad en las políticas públicas. La mejora en la distribución de recursos y la inversión en infraestructura y personal especializado son pasos necesarios para garantizar una atención más equitativa a los pacientes con cáncer en México.

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