La presidenta Sheinbaum refirió que su convicción en esta materia es que la seguridad y la paz son fruto de la justicia; por ello, en su gobierno consolidará la estrategia de atención a las causas, buscará el fortalecimiento de la Guardia Nacional, además de promover el trabajo de inteligencia, investigación y coordinación intergubernamental. El secretario de seguridad, Omar García Harfuch, estará al frente de la estrategia de pacificación del país.
Es preciso que los esfuerzos de combate a la inseguridad contemplen a los gobiernos locales, cuyo enfoque se orienta hacia los delitos del orden común. En el caso del Estado de México, la gobernadora Delfina Gómez se comprometió a colaborar permanentemente con los gobiernos municipales para combatir a la delincuencia; además, su secretario de seguridad, Cristóbal Castañeda Camarillo, anunció la fusión del C5 mexiquense con el de la Ciudad de México, una vinculación estratégica que favorecerá la reacción de las fuerzas del orden en zonas limítrofes.
El Valle de México y la zona Oriente, al concentrar una alta cantidad de población, tienen importantes desafíos en materia de seguridad; municipios mexiquenses como Naucalpan, Ecatepec, Tlalnepantla o Cuautitlán Izcalli mantienen altos índices de criminalidad que no han podido mitigarse durante sus respectivas administraciones municipales.
Desde la campaña electoral, uno de los aspirantes que presentó una propuesta más desarrollada en esta materia fue Daniel Serrano, actual presidente municipal electo de Cuautitlán Izcalli. En su campaña, propuso una estrategia de cuadrantes en territorio que favorezca la reacción oportuna de la policía, además del uso de tecnologías para las llamadas de auxilio, la videovigilancia fija y aérea, redes y alarmas vecinales, así como el seguimiento de unidades de atención a emergencias, entre otras medidas.
A tres meses de que inicien los nuevos gobiernos municipales en el Estado de México, las y los alcaldes electos enfrentarán un complejo escenario en cuestión de seguridad, no obstante, la relevancia social y económica de estas localidades obliga a los tres niveles de gobierno a coordinar esfuerzos y a generar estrategias más efectivas para brindar resultados a la población.