EXPLOSIÓN DEL COHETE STARSHIP DE SPACEX POSTERIOR AL DESPEGUE SUSPENDE VUELOS EN FLORIDA

El 6 de marzo de 2025, el cohete Starship de SpaceX sufrió una explosión poco después de su despegue desde la base de lanzamiento en Boca Chica, Texas. El evento ocurrió aproximadamente tres minutos después de haber despegado sin inconvenientes visibles. El cohete, que estaba destinado a una prueba de vuelo espacial, fue impulsado por el potente propulsor Super Heavy. Durante la ascensión, la nave experimentó un fallo que resultó en una explosión en el aire, dispersando escombros por la zona.

El lanzamiento de este cohete había sido retrasado en múltiples ocasiones debido a diversos problemas técnicos, incluida una serie de fallos previos en la cuenta regresiva y dificultades relacionadas con la preparación del sistema. Este último intento había generado gran expectativa, ya que marcaba un paso clave en el programa de SpaceX para avanzar hacia vuelos espaciales más largos y ambiciosos. La explosión ocurrió en el mismo día en que SpaceX había programado una nueva prueba tras solucionar los problemas detectados en los ensayos anteriores.

A raíz del incidente, la Administración Federal de Aviación (FAA) suspendió temporalmente los vuelos comerciales y privados en varios aeropuertos del sur de Florida, incluidos los de Miami, Fort Lauderdale, Palm Beach y Orlando. Esta suspensión se extendió hasta las 20:00 hora local, mientras las autoridades locales monitoreaban la caída de restos del cohete en el aire. Los equipos de seguridad se encargaron de verificar que no hubiera riesgo para las poblaciones cercanas a las rutas de vuelo. Aunque no se reportaron daños personales ni materiales, el evento obligó a los operadores de vuelos a reprogramar o cancelar cientos de salidas debido a la presencia de escombros a gran altitud.

SpaceX no ha emitido un pronunciamiento oficial respecto a las causas exactas de la explosión, aunque las investigaciones preliminares sugieren que podría estar relacionada con un fallo en los sistemas de propulsión del cohete. Este incidente es parte de un conjunto de pruebas de alto riesgo que SpaceX está llevando a cabo como parte de su esfuerzo por desarrollar vehículos de transporte espacial más avanzados y económicos, con miras a la futura exploración de la Luna y Marte.

La FAA ha anunciado que llevará a cabo una investigación exhaustiva del evento para determinar si el lanzamiento cumplió con las normativas de seguridad y los protocolos establecidos para vuelos comerciales. La empresa también revisará los datos obtenidos durante el vuelo de prueba para identificar las posibles fallas en el diseño o en la ejecución.

Este tipo de pruebas son fundamentales para el desarrollo de tecnologías aeroespaciales, aunque los riesgos asociados a estos lanzamientos son elevados. A pesar de la explosión, la industria espacial continúa avanzando con una serie de pruebas y proyectos que buscan eventualmente lograr vuelos interplanetarios.

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