En el estado de Sinaloa, México, se registraron una serie de ataques mediante drones que provocaron que residentes de comunidades rurales se vieran forzados a abandonar sus viviendas, según reportes del 29 de octubre y retomados al 30 de octubre de 2025. Los ataques habrían incidido sobre propiedades vinculadas a la familia de Joaquín “El Chapo” Guzmán, aunque las autoridades locales no han confirmado vínculos definitivos con grupos delictivos organizados.
Las acciones se ubican en un contexto de creciente uso de tecnología no tripulada por parte del crimen organizado en México, lo que complica las tareas de seguridad, vigilancia y control territorial. Las empresas de logística y transporte han señalado que esta modalidad incrementa los riesgos operativos en zonas rurales.
Las autoridades federales y estatales han iniciado investigaciones para precisar los orígenes de los drones, los comandos que los operaron y los objetivos buscados, al tiempo que evalúan desplegar tecnología de contramedida para contener este tipo de incidentes.
