Este miércoles, la política mundial se despide de Henry Kissinger, el influyente secretario de Estado de los Estados Unidos, quien falleció en su residencia de Connecticut a la edad de 100 años, según un comunicado oficial.
Nacido en Alemania en 1923, Kissinger emigró con su familia de origen judeoalemán para escapar del régimen nazi, estableciéndose en Estados Unidos en 1938.
Con una carrera militar destacada durante la Segunda Guerra Mundial, Kissinger se graduó con honores en Ciencias Políticas en la Universidad de Harvard en 1950. Su ascenso político fue rápido, siendo nombrado asesor de Seguridad Nacional por el presidente Richard Nixon en 1969 y secretario de Estado en 1973, bajo Nixon y Gerald Ford.
Kissinger dejó una huella indeleble en la política exterior de Estados Unidos. Su papel en la Guerra de Vietnam y la Guerra Fría con la Unión Soviética, así como su contribución a la distensión con China en 1972, le valieron el Premio Nobel de la Paz en 1973, aunque su legado está marcado por la polémica.
El político estadounidense también estuvo vinculado a la intervención en golpes de Estado en América Latina durante los años 70, respaldando dictaduras militares en Chile, Argentina, Brasil y Uruguay. Su participación clave en la Operación Cóndor, una campaña de represión y espionaje en la región generó controversia y críticas.
A lo largo de su vida, Kissinger demostró ser un personaje influyente y controvertido. A pesar de someterse a cirugías cardíacas, se mantuvo activo hasta el final, ofreciendo opiniones sobre conflictos internacionales, como la guerra entre Rusia y Ucrania, y advirtiendo sobre tensiones entre grandes potencias, especialmente con China.
La figura de Henry Kissinger seguirá siendo objeto de debate, siendo recordado por su enfoque pragmático en la diplomacia y sus decisiones políticas que dejaron una marca indeleble en la historia contemporánea.