Rubén Rocha, gobernador de Sinaloa, ha generado fricciones dentro de Morena y el gobierno federal debido a su gestión de la inseguridad en el estado, marcada por episodios de violencia vinculados al Cártel de Sinaloa.
A pesar de las críticas y de las recomendaciones de figuras del partido para que renuncie, Rocha ha rehusado hacerlo, apuntalado por su base electoral y por su cercanía con Andrés Manuel López Obrador, lo que complicaría su salida.
El caso evidencia un dilema interno para Morena: por un lado, mantener autoridad moral frente a la violencia; por otro, evitar desestabilizar su mayoría legislativa, dado el respaldo que Rocha tiene en senadores y diputados clave.
