El grupo islamista Hamas consolidó su control sobre varias zonas de la Franja de Gaza, en medio del reciente acuerdo de cese al fuego con Israel. De acuerdo con reportes internacionales, en distintos distritos urbanos se habrían registrado ejecuciones públicas de presuntos colaboradores y disidentes, lo que genera preocupación entre organizaciones humanitarias.
La situación ha incrementado la tensión social y política en la región, donde la población civil continúa enfrentando escasez de alimentos, energía y atención médica. Aunque el alto al fuego se mantiene de manera oficial, estos hechos ponen en duda la estabilidad del acuerdo alcanzado tras meses de enfrentamientos.
Fuentes diplomáticas señalaron que la comunidad internacional, incluidos Egipto, Catar y Naciones Unidas, ha solicitado garantías para proteger a la población civil y evitar una reanudación de las hostilidades. Sin embargo, las divisiones internas y la falta de confianza entre las partes dificultan avanzar hacia un proceso de reconciliación sostenible.
Mientras tanto, el gobierno israelí advirtió que responderá ante cualquier violación del acuerdo, y reiteró su disposición a continuar las negociaciones solo si se garantiza la liberación total de los rehenes retenidos por Hamas.