Hablar de negocios, política y social, es explorar nuevas culturas, culturas únicas arraigadas por el tiempo sin constantes cambios, pero sí, acompañados de dinámicas innovadoras; impulsados siempre por los caos financieros, así como por la movilidad social. En este momento, la oportunidad de construir nuevos esquemas de vinculación empujados por la misma pandemia del COVID es un hecho que vemos en todas partes del mundo.
Lo más parecido de México, de Latinoamérica, a China, es precisamente esa movilidad sustancial de las cosas, el estar siempre en la parte exterior en el sentido de la coexistencia social; sin perder el sentido de identidad. Actualmente, el COVID nos identifica y nos obliga a colaborar juntos, descubrir avances científicos y desarrollar tecnologías sustentables.
Hoy, el COVID nos une a todos bajo el esquema de la historia y cultura, sin importar fronteras con el estandarte del esfuerzo colectivo. Aunque a veces la cooperación mutua, está ausente sobre todo en la parte de los emprendedores, las pymes y empresas, por hacerse valer por el significado equivoco de la palabra: ser populares o populistas.
Una respuesta alterna a la equivocación de lo popular es la ausencia permanente del llevar su propio sello de nuestros rasgos culturales. Que no se nos olvide que en el ámbito de los negocios no se busca ser de lo público, sino de lo exclusivo. No se trata de absorber y apropiarse, sino de generar alianzas estratégicas para ofertar mejores productos o servicios.
La actual brújula económica doméstica, no marca dirección o sentido hacia dónde ir, pero seamos más bondadosos con nuestro alrededor y dejemos que no lo que siempre se desayuna, se come o se cena, sea precisamente lo que debemos hacer todos los días del mismo modo, recordemos que la globalización llegó para quedarse y si no nos subimos en ella, en ese cambio de comportamiento del mercado, entonces sí, hoy con el COVID, será nuestro eterno entierro empresarial.
Dicho de otra manera, los emprendedores, pymes, empresas, prestadores de servicios, en fin, todos los actores económicos sin importar sector, necesitan capacitación de los especialistas.
En la actualidad el COVID como nuestra identidad colectiva, es nuestro mal necesario y por lo tanto da sentido recurrir a las asociaciones empresariales ya sean chicas o grandes. Todos debemos ayudarnos entre sí, no hay de otra: más que resistir juntos, para salir avantes juntos.
La brújula no tiene dirección porque nosotros le damos el sentido a las cosas, siendo creativos, responsables, amorosos y apasionados de nuestros propios negocios; debemos recordar que tenemos enormes responsabilidades y retos en la vida económica de México, de nuestra región. A veces se nos olvida que somos arquitectos de nuestros propios destinos, así como de las relaciones empresariales en el entorno de lo social y lo público.