Erika, una joven de 21 años originaria de Xonacatlán, fue reportada como desaparecida el 29 de agosto. Ese día fue vista por última vez cuando salió de su domicilio en la colonia Adolfo López Mateos. Ante la falta de noticias sobre su paradero, su familia presentó una denuncia ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) el 4 de septiembre, solicitando ayuda para localizarla.
El 30 de agosto, el cuerpo de una mujer fue encontrado en un camino de terracería entre campos de cultivo en San Andrés Cuexcontitlán, en Toluca. Sin embargo, no fue identificado de inmediato, y la familia de Erika continuó su búsqueda. Durante varios días, sus seres queridos recorrieron diferentes zonas y mantuvieron contacto con las autoridades para dar con su paradero.
Finalmente, el 5 de septiembre, la familia pudo identificar el cuerpo de Erika en el Servicio Médico Forense (Semefo), gracias a los tatuajes que tenía en su brazo, pierna y espalda, además de las prendas que llevaba el día de su desaparición. La joven había sido ingresada al Semefo una semana antes, pero no había sido identificada hasta ese momento.
Este trágico desenlace ha conmocionado a la comunidad de Xonacatlán y ha contado con el apoyo de colectivos feministas que siguieron el caso de cerca. La familia de Erika, sumida en el dolor, agradeció el apoyo recibido durante los días de búsqueda, y ahora enfrenta el difícil proceso de despedir a su ser querido.
