Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, fundador del PRD, señaló que a 37 años del asesinato de Francisco Javier Ovando Hernández y Román Gil Heráldez, los crímenes permanecen impunes. Además, mencionó que los obstáculos y retrocesos en la democratización del país continúan, y se han visto agravados por la violencia, la criminalidad y la falta de recursos del Estado.
Denunció que, desde entonces, aproximadamente mil personas han sido asesinadas por causas políticas similares sin que los responsables hayan sido sancionados. Reconoció que esos sacrificios, que consideró evitables, han producido avances, como la realización de elecciones limpias desde 1997.
Pidió la implementación de una reforma fiscal profunda y justa, destacando la necesidad de una reforma hacendaria, fiscal y tributaria que contemple el destino adecuado del gasto y la distribución equitativa del ingreso entre los distintos niveles de gobierno. El fundador del PRD finalizó con un llamado a mantener presente el legado de quienes perdieron la vida por la democracia.
